En Argentina, existe un gran ritual familiar: disfrutar de las increíbles pastas caseras con recetas de la abuela cada domingo. Ese sabor extraordinario en cada hogar es reproducido en la alta gastronomía argentina como parte de una deliciosa herencia, en donde el pan y la salsa son los complementos perfectos para el sabor casero por excelencia.

Los ravioles, los canelones, los ñoquis y los spaguettis con cocción perfecta forman parte de esta maravillosa tradición que te lleva cerca de tu familia con cada bocado. Desde que los inmigrantes italianos trajeran consigo estas extraordinarias recetas, en Argentina se encargaron de darles un giro, de apropiárselas. Lograron fusionar las pastas con el ingrediente más preciado de Argentina: la carne. Pronto, ambos se hicieron compañeros inseparables en la gastronomía argentina y crearon nuevas recetas, nuevas tradiciones.

Hablemos, por ejemplo, de los ravioles. Esta pasta rellena es la que se come más en Argentina, y los rellenos han ido variando mucho a lo largo de los años, volviéndose cada vez más heterogéneos y versátiles. Esto solo puede lograrse cuando la cocina en la que se originan está acostumbrado a las fusiones y los descubrimientos. Toda la gastronomía argentina está formada de eso.

Y después, la pasta encontró otro compañero: los vinos argentinos. El Malbec o el Cabernet Sauvignon para las pastas fuertes, con relleno o con salsas contundentes; el Chardonnay para las pastas con mariscos, para las que son suaves.

Cuando buscamos un restaurante en donde deleitarnos con gastronomía argentina hay que pensar en la calidad de la carne, sí, por obviedad, pero también en el sabor de las pastas, en el amor que les tienen a ellas. Esa será la prueba de fuego para demostrar su amor y su nostalgia por el sabor Argentino por excelencia.

Fuentes | La vid Argentina